¡Inauguramos apartado! En este no daré nombres de actores, actrices o proyectos por temas de confidencialidad, pero no hace falta saber nombres en concreto para poder hablar de ello.
La semana pasada tuve la oportunidad de trabajar como coach actoral para dos actrices, dos casos diferentes: una, debía preparar y grabar una prueba para un personaje principal en una serie; y otra debía preparar un monólogo para una prueba de acceso de una escuela.
Dos casos distintos de acompañamiento, intentando sacar lo mejor de cada una.
En el caso del casting para la serie, teníamos muy claro lo que buscaban, era un perfil muy concreto, la conocen, saben que es buena actriz. La complejidad venía que debía trabajar un acento concreto. Previamente lo había trabajado con una coach de acento español, Patricia Escalonilla. El resultado era espectacular, había conseguido muy buen acento, pero ahora debíamos poder quitar la atención en ello y centrarnos en vivir el personaje y no fijarnos en cómo lo decimos. Para ello analizamos bien la escena, el personaje, incluso para salir del texto hicimos alguna improvisación para imaginar y crear el personaje. Poco a poco pudo irse desprendiendo de fijarse en el acento y poner máxima atención en vivirlo y fluyó. Conseguimos “la toma” para enviar a la directora de casting. Creo que las tres, coach de acento, la actriz y yo, podemos estar satisfechas con nuestro trabajo, ahora la suerte está echada, nos quedamos con la satisfacción del aprendizaje que la actriz habrá tenido por nuestras sesiones, lo dio todo para hacer un buen trabajo y si tiene que ser será.
El segundo caso, muy diferente, cuando preparas un monólogo para una prueba de acceso debes crear una propuesta, libre, adecuada a lo que buscan en la escuela, siempre es bueno indagar sobre quién te hará la prueba, en qué consistirá, etc.
Escoger un buen monólogo, en el que crees que puedes lucirte, no es el momento de complicarte la vida con algo que no sientas que son tus zapatos, pero si debes ser capaz de mostrar más de un registro, emociones, intenciones…debes lucir tu trabajo.
Entonces te ayudo a crear, y trabajar tu propuesta. En este caso veníamos de cero, sin ninguna propuesta, sólo la elección del monólogo y la memorización del texto como tal.
Soy partidaria de seguir el orden de analizar, memorizar y ensayar. Pero a veces por tiempo no es posible y para aprovechar la sesión el texto no puede fallar.
Una vez creada y jugada la propuesta se trata de no fijarla herméticamente.
Pruebas otras opciones también, porque si te piden cambios tienes que ser flexible para poder materializarlos. Mente abierta, no hay sólo esa opción, be water my friend.
Es tan importante la escucha en las pruebas y a veces es la gran olvidada. Lo veo y padezco cuando trabajo como directora de casting, no podemos ir a piñón fijo.
Por eso la propuesta debe ser firme, con tu sello, carácter y la personalidad del personaje, pero no inflexible. Debes ser capaz de probar tantos cambios como el director/a te proponga, ya que así demostrarás tu talento como actriz, debes poder ser dirigida para contar la historia que el director quiere contar. Obviamente siempre tendrá tu sello, pero la dirección te la darán desde dirección, valga la redundancia.