Interior. Tarde de sábado lluviosa. Sentada en el sofá con manta.
Hoy quiero reflexionar sobre las semejanzas entre hablar en público y actuar

Para actuar o hablar en público hay que ser muy generos@ y poco egocéntric@. Sí, hay que pensar en la audiencia y hay que pensar en lo que necesita el personaje y no tú.
Cuando actuamos, no podemos estar sólo pendientes de cómo queda o de si me luzco, tengo que ceder, mi cuerpo, voz y emociones al personaje, cederle lo que necesita, no pensar en mí porque si no le quito atención a lo importante. Dejarle usarme como herramienta y dejar que fluya, sin juzgarme, sin corregirme, etc.
Al hablar en público pasa lo mismo, no puedes pensar sólo en ti, en cómo queda, en si estás haciéndolo bien, si pareces profesional, si tienes o no credibilidad, sino que eso debes trabajarlo antes, y en el momento tienes que poner todo el foco al mensaje que quieres dar, que la audiencia lo reciba y lo entienda, lo sienta o le haga accionar o no.
Si te fijas solo en ti, y mucho peor, si pones el foco y la energía en pensar que te vas a bloquear, que no sabes hablar en público, que vas a hacer el ridículo, créeme, sin esforzarte más…lo conseguirás, conseguirás hacer todo aquello que hayas puesto en el foco, si era sentirte incómodo también y no sólo eso, lograrás que la sala se sienta incómoda y sufra por ti.
Estupendo, entonces ¿cuál es una parte de la solución? Olvidarse del ego, ser conscientes que somos el instrumento para dar el conocimiento que tenemos, para que la audiencia lo escuche y haga con esas ideas lo que considere. Si confiamos en nuestro discurso, lo hemos preparado, ensayado y ponemos foco a este y la audiencia, nada debería fallar, debería fluir.
Muchísimas personas me dicen: «es que yo…cuando estoy con poca gente o de confianza puedo decirlo y sentirme cómodo, pero si hay mucha gente…» Es normal si no estás habituad@, pero si hay mucha gente piensa que son personas, también vulnerables, con miedos, que están ahí porque quieren escucharte, si no ves que les apuntan a sus cabezas puedes pensar que les interesa y quieren escucharte, y sino pues desconectarán y harán la lista de la compra, esa tampoco es tu responsabilidad. Tu responsabilidad es dejar el ego a parte y transmitir lo que quieras transmitir.
Muchos creen que los actores y actrices mentimos, que actuar es mentir. Para mí, actuar es ser el primero en creerte tu historia, jugar con suficiente imaginación y concentración para ser y sentir como el personaje. Para conseguirlo hay que ejercitar la empatía, y no está de más, que nos sirve para la vida.
Por eso, si tienes que hablar ante el público, crea tu rol, ese rol que olvida un poco sus miedos y vergüenzas, que tira adelante y confía, no mentiras, le cederás tu conocimiento a ese personaje y le dejarás fluir.
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